Hay diferentes maneras de celebrar a nuestros difuntos en el país. A lo largo y ancho del territorio nacional existen manifestaciones propias de cada región, que les da identidad, aunque la finalidad sea la misma, reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres queridos que vuelven del más allá, y que, en algunos casos, la celebración comienza incluso desde finales de octubre. Mucha gente suele pensar que la celebración hanal pixán es lo mismo que el día de muertos y que únicamente cambia el nombre. La realidad es que están muy relacionadas, pero existen diferencias entre las dos. A continuación, narramos algunas de sus características.
En la lengua maya hanal pixán significa “comida de las ánimas”. Es la tradición de este pueblo para recordar de manera muy especial a la familia y amigos que se adelantaron en la partida de este mundo, ofreciéndoles bebida y comida para mantener el vínculo entre vivos y muertos, ya que para esta comunidad indígena el alma es inmortal. Se celebra en la península de Yucatán y se adecuó a las creencias religiosas traídas por los conquistadores, como fue el establecimiento de las fechas anuales para la celebración, así como la realización de altares.
La tradición incluye varios ritos, pero el principal son los tres altares, cada uno consiste de una mesa que en ocasiones se coloca debajo de los árboles, con comida y frutas típicas de la temporada –que les gustaban a los difuntos– adornada con veladoras, flores y fotografías.
Los elementos más importantes de los altares son:
Mesa, mantel, cruz verde -que representa el árbol de la vida (la ceiba)-, incienso el que guía a los difuntos con su luz y aroma hacia la comida, sal y agua que simbolizan la purificación. Un platillo que no puede faltar en esta celebración es el Mucbipollo o pib, tamal hecho de masa de harina de maíz y manteca, relleno de carne de pollo y condimentado con tomate y chile, envuelto en hoja de plátano, mismo que es cocido en hornos bajo tierra ubicados en los patios de las casas llamados muuk. Incluye también, frutas (jícamas, mandarinas, naranjas), dulces (de papaya, coco y pepita), tamales de x´pelon (tortas de masa y frijoles), balché (bebida embriagante) y jícaras de tan-chucuá (atole de masa de maíz, cacao, pimienta y anís).